sábado, 6 de julio de 2019

NAOMI




Lo bueno se hace esperar, y mucho, porque para probar Naomi...

Puede ser que estuviese igual dos años con este restaurante japonés en la mente y al menos que yo recuerde, un par de intentos fallidos (es lo que tiene tener fama y ser chiquitito). Pero por fin llegó el momento!
Por hacerme esperar tanto, por ser un sitio tan curioso, por estar todo buenísimo... por todo eso, esta pequeña taberna que guarda en su ser el honorable título de ser el primer restaurante japonés de Madrid, debe tener sí o sí al menos, un mínimo espacio en este Blog.

Así que vamos allá!




Se encuentra en la calle Ávila, nº14  y pasa totalmente desapercibida. Apenas unas cortinillas típicas japonesas en la puerta y un pequeño letrero con el nombre, que de no buscarlos, no verías.
Pero es recordar el interior y tener la sensación de que esto no es Madrid, de que me he ido de viaje y que estoy en el otro lado del mundo, y si me apuras hasta en otra época.
Como ya he dicho es pequeño, pero a la hora de elegir dónde sentarte, tiene para todos los gustos, en la barra, en mesas bajas para sentarte en el suelo, o mesas (para mi) de las normales.



Por ser la primera vez, había que fiarse de los más solicitados (que así estaba indicado en la carta), por supuesto totalmente acertados, y esto fue lo que trajeron:




Tempura: Tenía mis dudas, porque después de haberla probado en Tokyo, me imaginaba que igual de rica que la de allí no podría ser, pero felizmente me equivoqué. Esponjosa, con mucho sabor, y nada grasienta.





Nasu Dengaku (茄子田楽) o Berenjena con salsa Miso: El plato más pedido y con razón! está buenísima, muy sabrosa, y muy tierna. Aún no se cómo no se deshacía al partirla con los palillos. Hasta se de quién pasaría la lengua por el plato para que no se perdiese nada de la salsa...


Namateri: lomo de atún rojo en salsa Teriyaki. Los tacos de lomo que eran generosos, estaban perfectos. Hechos vuelta y vuelta, en su punto, super tiernos y buenísimos.






Y por último, y como extra, porque esto ya era capricho mío, Sashimi de atún rojo. Y de esto no os voy a decir nada, porque para qué...jejeje. Estaba impresionante. Igual no hacía falta pedirlo, pero es que a mi se me iban los ojos cada vez que pasaban con este plato para otra mesas, y como soy culo veo , culo quiero...




Me quedaron muchísimas cosas por probar, pero como voy a repetir SEGURO, ya os contaré!


Al final estos lugares que hago míos, no solo lo son por la comida que pruebo, por la decoración, o el ambiente que tenga, también lo son por la música o los sonidos, por los olores, por lo majos que sean los camareros... Pero sobre todo lo son por quien me acompañe, de lo a gusto que esté en ese momento y el recuerdo que se me queda. Tal y como si hubiese hecho millones de fotos.

Si además sumas, que a quien me acompañe le acabe encantando lo que prueba, que se fíe de mi criterio un poquito más y que comparta su experiencia, ya me encuentro satisfecha, el objetivo ya esta cumplido!

Ahora Naomi ya es uno de mis sitios.


Espero que os guste

Un besito


PD.
Tenía que haber publicado esta entrada hace un mes y dedicársela a David Peral (que es quien me ha cedido las fotos, muchas gracias) a modo de regalo de cumpleaños, habría estado genial. Espero que sirva que te la dedique hoy. Muack



jueves, 25 de abril de 2019

VENTOSELA



Me estaba apeteciendo hablar de uno de mis rinconcitos, y pensando a cerca de qué escribir, me acordé de que hace tres años publiqué una entrada con exactamente el mismo clima que hoy.
Hoy vuelve a llover en Madrid. Mucho, igual que aquel día.
Hay viento, tráfico, y gente mustia porque llueve.
Así que, pensando de nuevo en aquel día, me vuelvo a ir mentalmente a Santiago, y os cuento qué es lo que haría yo si estuviese allí.




Tengo, desde hace unos años, un rinconcito por el que me gusta pasar cada vez que voy a casa (sí, Santiago es casa). Se llama Ventosela y es una vinoteca chiquitita que está en la Rúa da Raíña.


No es un restaurante, pero tiene tapas y tostas para picar.
No tiene mucho espacio y menos para sentarte, apenas un par de taburetes en la barra de dentro o al lado de la ventana, y una barra pequeña en la entrada para poder apoyar tus cosas y quedarte en la calle.
No es un lugar con una súper decoración. Es una tasca, tasca. De las de verdad, como las que había antes y de las que a mi me gustan








A mi me encanta porque son tan amables, que parece que te atienden como si fuese el primer día que abren. Y da gusto dejarte aconsejar a cerca de los vinos (yo siempre les pregunto y conmigo siempre aciertan). Me ponen unas tapas estupendas de embutido con mi copita, y si no hace sol, me gusta quedarme dentro al lado de la ventana para ver el ambiente de la gente al pasar.










Así que si Madrid hoy fuese Santiago, me iría al Ventosela a sentarme en ese taburete; a mirar tras ese cristal la gente al pasar, sujetando los paraguas que vuelan; escuchando las goteras de la lluvia sobre la piedra, mientras me tomo un Godello o un Mencía de los que me recomiendan los chicos









Espero que os guste.

Un besito




domingo, 31 de marzo de 2019

NINA PASTABAR



Este Pasta Bar italiano ubicado en la calle Santa Ana en el barrio de la Latina fue mi último descubrimiento de 2018. Y me encanta habérmelo encontrado!

No puedo contar mucho de lo que probé porque solo he estado una vez, pero es suficiente para contar que, aunque no es un lugar muy grande, es perfecto, porque así es mas hogareño, como más de barrio, tal cual como si te encontrases en un restaurante de las calles del barrio del Trastevere o de uno de los callejones napolitanos.
Entré casi por casualidad, y tenía pensado pedirme otra cosa, hasta que respiré el olor de...
Mejor os lo cuento desde el principio, desde los entrantes...

Estábamos teniendo dudas, no sabíamos si pedir una tabla de chacinas o una de parmigiano reggiano, así que como no, nos dejamos convencer y pedimos una tabla mixta.




Me encantó, estaba súper bueno todo. Pero sobre todo agradezco un montón que al traerla nos explicasen lo que íbamos a comer, el por qué, y el cómo comerlo. Se trataba de embutidos típicos de varias regiones de Italia colocados de norte a sur según procedencia: Mortadella de Bologna con trufa, Culaccia de Parma y Finocchiona de Napoli, con trocitos de Parmigiano Reggiano de 24 meses de curación (muero de amor) que estaba más bueno si cabe, al probarlo tal y como nos aconsejaron, mezclándolo con las cebollitas fritas que acompañaban los encurtidos.









De segundo lo dicho , quería pedir otra cosa hasta que me llego el olor de la trufa (lo siento mucho por aquellos a los que no os gusta)… y no pude evitar preguntar por el plato que estaba fuera de la carta: Pappardelle de boletus y trufa. Adjudicado. Y me encanta acertar… Estaba tan bueno que aún lo sueño (jejejeje)








El otro plato que nos pedimos fue el Maccarrón de la Isla: un mar y montaña especial con pasta paccheri con pomodoro (buenísimo) champiñones y langostinos.














De postre nos lanzamos, como no podía ser de otra forma, al tiramisú, con la receta original de LaRestano*: crema de mascarpone y huevo, galleta de soletilla, café y licor  (ñam!)











En fin, que todo estaba muy bueno. Habrá que probar más veces….jejejeje,  ya me estoy imaginando de nuevo allí, probando los gnocchi, alguien que quiera venir conmigo??


larestano.com

Nina Pasta Bar
Calle de Santa Ana, 21, 28005 Madrid
Precio aproximado por persona, 20 - 25 euros.

Espero que os guste

Un besito





domingo, 10 de febrero de 2019

CARTAGENA DE INDIAS

¿Y qué os parece que nos vayamos de viaje la segunda semana de Febrero?
Mmm... Pongamos, que os llevo un día a Cartagena de Indias..!!



Qué difícil es escribir una entrada sobre sitios a donde ir a comer en Cartagena de Indias.
Hay tantos sitios de comida buenísima y tan bonitos... que siento que me he quedado corta de días para visitar todos los que yo quería.
Por otro lado también pienso, ¿cómo sería de larga esta entrada si los hubiese probado todos...? Jejeje, mejor no lo pienso.

Muchas veces para acordarme de los lugares y los platos, hago un recorrido mental de todo lo que he hecho en un día. Si junto varios días de esos viajes "memorísticos", me sale un tour estupendo desde la mañana a la noche.
Eso es lo que he hecho para esta entrada.





PARA DESAYUNAR.
Yo soy de las que arranca por la mañana con una dosis potente de cafeína, y estando en un país como Colombia se hace necesaria tener la pituitaria a tope para cuando se abre la puerta de una cafetería, saber si ésa es en la que debes entrar. Posiblemente eso es lo que ocurrió con el Café Epoca, un lugar tranquilo y muy bonito en el centro de Cartagena (al que yo fui está en la calle Arzobispado) con un olor increíble a un buenísimo café, que tuestan y preparan allí mismo para que incluso te lo puedas llevar a casa.





Además para quien quiera desayunar un pelín más tarde, ofrecen brunch. Yo no lo he probado porque me pilló a deshora, pero tenía una buena pinta... de caerte para atrás! Lo que sí probé y además recomiendo en esta cafetería, son el frapuccino y la limonada de coco, que creo que es la más rica que he tomado. En serio hay que probarla, incluso lo que son poco amigos del coco. Es muy refrescante, es natural, y es lo más!





HORA DE COMER!
Siguiendo ese circuito en mi cabeza, hago un alto en el camino a la hora de comer y no puedo no nombrar a La Mulata en la calle Quero, en el barrio de San Diego (no hay que perderse este barrio, es muy bonito y animado).



La carta no es muy variada pero lo que hay es más que suficiente, comida colombiana, especialidades cartageneras y ceviches, con una sopa de pescado de entrante buenísima.


Lo que nosotros probamos fue cóctel de gambas, que nada tiene que ver con lo que conocemos en España (y la salsa rosa...no se parece ni de lejos), posta negra cartagenera (res), ceviche, costillas con salsa de tamarindo, todos acompañados de patacones (riquísimos los de este sitio) y por supuesto limonada de coco.





EL POSTRE...
En muchos lugares de Colombia los helados son un imprescindible del día a día para los guiris que la visitamos, y Cartagena no podía ser menos ofreciendo un montón de lugares donde poder escoger los más ricos. Así que si sigues por el centro, un lugar inevitable es La Paletería, el paraíso de los golosos y fans de los helados y polos. Las paletas son artesanales, y los sabores deliciosos y naturales. Aquí podría recomendar  casi todos los sabores pero yo casi me derrito con la de maracuyá, aunque la de mandarina tampoco se quedaba atrás... (sí, me gustan los cítricos...)




EL ATARDECER.
Las puestas de sol son un buen momento para hacer una pausa y descansar de una
caminata. La opción de mucha gente es acercarse al famoso Café del Mar. Yo no lo recomiendo, es bastante más caro que el resto de los sitios y las cervezas, por poner un ejemplo, pueden no estar todo lo frías que se espera ( y costar entre 4 y 5 euros...)
Hay más terrazas en las azoteas de muchos edificios, y siempre está la opción 2, que es ir a ver el atardecer en el barrio de Bocagrande, donde hay hay montones de chiringuitos donde escoger, a lo largo de toda la playa.




LA HORA DE LA CENA.
Cartagena se transforma al anochecer llenando sus concurridas plazas, de terrazas y artistas callejeros. El Barrio de San Diego es una muy buena opción para cenar en algunos de los restaurantes situados en hermosas casas coloniales, pues la oferta es muy abundante y variada. Mi paso en esta ocasión se dirigió a La Cevicheria, las recomendaciones en otros blogs no podían fallar (una pena que mis fotos hayan salido tan mal). Por supuesto los ceviches están recomendados, al igual que los arroces. Lástima que esa noche no llegamos al arroz con bogavante que tenía yo en mente...




LA NOCHE.
Nadie debería perderse el espectáculo que ofrece la Plaza de Trinidad en el barro de Getsemaní. Gente moviéndose de un lado a otro, vecinos jugando al ajedrez, cuerpos atléticos con movimientos imposibles parando el tráfico bailando breakdance; grupos de amigos y conocidos reencontrándose; escaleras y bancos ocupados de gente con un enorme bullicio de fondo; música, siempre música; y los puestos de comida callejeros ofreciendo patacones con “de todo”, perritos o hamburguesas.
Los alrededores de la plaza están llenos de locales con más alternativas, con cafés, restaurantes y pizzerías. Hay una, que lo siento pero no me acuerdo del nombre, que hace pizzas de masa muy fina, y están buenísimas.


Y hasta aquí llega mi incursión cartagenera, ¿véis? como ya he dicho, me quedo muy corta de sitios...ay qué penita! Espero que por lo menos éstos, sirvan a alguien de pequeña guía!

Espero que os gusten!

Un besito

PD. os dejo aquí algunos de los links de los sitios a los que yo he ido, para quien quiera cotillear e ir abriendo boca...

http://www.epocacafe.com
http://www.lapaletteria.co
http://lacevicheriacartagena.com


sábado, 19 de enero de 2019

CASA MARCELO





Yo soy de esas que siempre dice que "año nuevo vida nueva". No es necesario que todos las cosas que nos proponemos empiecen en año nuevo, pero ya que hay que arrancar, ¿qué mejor forma que hacerlo con un día Uno? (o con un día Tres...) El caso es que yo llevaba ya mucho tiempo intentado/ queriendo probar Casa Marcelo y este era uno de mis objetivos culinarios de este 2019. Durante mucho tiempo se me había resistido este gigante gastronómico de Santiago, pero hoy ya puedo decir que he caído en sus redes y que espero volver.




En primer lugar contaros que apenas he escuchado los platos que la gente había probado, y no he mirado en internet nada a cerca de lo que cocinan en sus fogones, no quise saber. No ha sido fácil pero así llegué y me dejé aconsejar sin si quiera mirar la carta. (Gracias a Fernando que acertó claramente en las sugerencias). También he de decir que iba con mente abierta a probar, cómo si no iba a engancharme a Casa Marcelo comiendo de primero OSTRAS. Yo..., comiendo ostras...!!! quién me lo iba a decir...


Pues dejándonos asesorar, nos salió muy buen menú degustación y así se quedó lo que al final fue nuestra cena:






Primero y ante todo nos trajeron al "señor pan". Pan gallego de verdad, crujiente por fuera y esponjosa y enorme la miga de dentro y además calentito (como para no mojar...). Lo acompañamos de un "señor vino", un tinto, mencía, un Casa Marcelo, que además de estar muy bueno tiene un precio muy asequible.









Para empezar, lo dicho, yo no soy muy amiga de las ostras, pero quién se podía resistir a probar éstas a la parrilla con salsa de Rocotto? (Aviso a navegantes, el rocotto , es una especie de pimiento rojo muy típico peruano que pica un poquito). Tengo que decir que Marcelo puede sentirse orgulloso, pues he pensado que si vuelvo, tendré que pedirlas.





A continuación Har-Gao (dumpling, empanadas o Gyozas, como queráis llamarles) rellenas de gambas al ajillo. Espectaculares, una explosión de sabor en la boca. Uno de mis favoritos (hasta mojé pan...!)








El tercer plato a probar fue el choquito (calamar) a la parrilla con salsa Kimtchi. Súper curiosa su presentación , pues una vez que te lo traen, te recomiendan remover para que la tinta del calamar tiña todo el plato de negro. (dónde estaba escondida toda esa tinta?)






El siguiente, fue la Patata puerro, con yema de huevo y tocino ibérico. Sorpresa total, porque es como si estuvieses comiendo un plato de huevos con patatas. No tengo claro si era una patata o un puerro, pero no me importa estaba muy bueno, todo bañado en la yema tal cual como si rompieses con pan la yema de un huevo frito tradicional.






Continuando la degustación nos presentaron un salmonete con salsa ponzu y ajetes, que por favor no podía estar más bueno, muy muy tierno, y jugoso, y yo ahí sin saber si lo que me gustaba más era el salmonete o la salsa...quizás todo junto no ?










Otro de mis favoritos fue el jurel caramelizado acompañado de arroz y algas fritas. No tengo palabras para este plato. Estaba tan tierno que se deshacía en la boca. El sabor espectacular, y lo rematas con el crujido de las algas al morder el bocado... (imaginadme con la lágrima en el ojo de la emoción)






Por último, terminamos de ponernos las botas con este steak tartar de solomillo del país sobre una cama de pan crujiente.









No podía ser de otra forma, claramente nos habíamos reservado un hueco para los postres que a dar de hoy no tengo ni idea de cual escogería si sólo pudiese elegir uno. Si el "3 en 1" antioxidante de frutos rojos (no se si estaba más bueno el helado o la mousse...), el arroz con leche, o la bica de Casa Marcelo, que no estaba buena, estaba lo siguiente...







Pues eso, como no voy a querer volver con semejante espectáculo? Estaba todo impresionante, me lo pasé genial y comí mejor.
Espero cerrar este año igual de bien que lo he empezado.

CASA MARCELO
Rúa das Hortas, 1
Santiago de Compostela

Espero que os guste.
Un besito


PD: Javi Pitu, la próxima vez te prometo que voy contigo.




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